Jeremías Ledesma, guardián de la heterodoxia

Javier Siñeriz Casado
5 min readDec 7, 2020

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La Real Academia Española define la palabra heterodoxo como “disconforme con hábitos o prácticas generalmente admitidos”. Dicha afirmación coincide a la perfección con el comportamiento bajo palos de Jeremías Conan Ledesma. El portero del Cádiz no para de una manera común. Sus intervenciones en el campo no dejan indiferente a nadie, bien sea por sus atrevidas salidas o bien por sus extrañas paradas. Sin embargo, es efectivo. Y eso es lo que más importa en el fútbol. Es posible que Álvaro Cervera deseara tener un portero más ortodoxo, pero tiene a Conan. Gracias a eso el Cádiz está en puestos europeos.

Ledesma llegó como cedido en el pasado mercado de fichajes procedente de Rosario Central. Sin embargo, existe una opción de compra por objetivos -que el meta juegue el 65% de los partidos o que el Cádiz consiga la salvación- que obligaría al conjunto gaditano a desembolsar una cifra total de 2,3 millones de euros. En el club argentino era titular desde 2017, año en el que debutó con el primer equipo de Central. Sin embargo, su carrera ha tenido diferentes altibajos.

Conan entró en la cantera del equipo canalla con solo 13 años, pero lo hizo de casualidad. Él estaba preparado para hacer una prueba con Arsenal de Sarandí, sin embargo, dicha prueba se truncó. Entonces, apareció Rosario Central. Inmediatamente fue aceptado e ingresó en las categorías inferiores del club.

Su trayectoria allí no tuvo ningún inconveniente hasta 2013. Aquel año, la vida de Jeremías Ledesma estuvo a punto de cambiar. El ahora portero del Cádiz tenía claro que dejaba el fútbol. Tenía 20 años y su primer contrato no llegaba. Pensó en ir a trabajar con su padre y tirar todo por la borda. Fue entonces cuando el entrenador de porteros de Rosario, Hernán Castellano, habló con Miguel Ángel Russo, entrenador del primer equipo, para que retuvieran a Ledesma. Finalmente, Conan firmó su primer contrato y el tiempo demostró que ni él ni Rosario Central estaban equivocados.

Pese a esa confianza mostrada en un primer momento, el meta argentino no debutó con el equipo canalla hasta el año 2017. Desde ese momento no soltó la titularidad y fue importantísimo para Rosario Central. Su momento álgido llegó un año más tarde en la Copa Argentina. Conan fue el principal responsable de que Central alzara su último título. El arquero fue nombrado mejor jugador del torneo y mostró que estaba preparado para asumir retos mayores.

Ese reto se le presentó el pasado verano cuando el Cádiz le ofreció la posibilidad de ir a jugar a Europa. Antes de dejar Rosario tuvo el último gesto con el club que tanto le ha dado. Rechazó sus últimos cinco sueldos y se los cedió al club para que invirtiera ese dinero en las categorías inferiores, uno de los grandes activos del equipo rosarino. Ledesma se incorporó tarde a la pretemporada y no estuvo en los tres primeros partidos de su equipo en su regreso a la élite. Sin embargo, agarró la titularidad en la cuarta jornada y está dispuesto a no soltarla jamás.

El primer partido de Conan en España fue en San Mamés. Lo que parecía una derrota segura del Cádiz después de quedarse con nueve jugadores se convirtió en la presentación por todo lo alto de un portero casi desconocido en el fútbol español. El equipo de Álvaro Cervera se llevó la victoria de Bilbao y Ledesma dejó su portería a cero. Algo que ha hecho en otras tres ocasiones durante la presente temporada. El meta de Pergamino ha jugado nueve partidos con la casaca cadista en los que ha encajado ocho goles -cuatro de ellos frente al Atlético de Madrid- y en los que solo ha salido derrotado en dos ocasiones.

Sus tremendos datos -para el 79,5% de los tiros que recibe, el tercero con mejor porcentaje después de Oblak y Remiro- y sus grandes sensaciones bajo los palos le han valido también para ser convocado con la selección argentina. Algo que parecía una utopía cuando defendía la portería de Central. Está claro que el del Cádiz no es un guardameta corriente. Protagoniza acciones e intervenciones extrañas -salidas muy lejos de su portería, muchas intervenciones con los pies, estiradas poco habituales…-, pero es tremendamente efectivo en todas ellas.

Es cierto que está muy beneficiado por el sistema defensivo de su equipo, pero las paradas de Ledesma ya han sido fundamentales en la victoria frente al Barça -con parada de fútbol sala incluida- y en el empate ante el Granada, donde firma una parada descomunal para repeler un fortísimo disparo de Darwin Machís. No obstante, su singular manera de parar no debe tapar sus grandes virtudes. Conan destaca sobre todo por su valentía en el juego aéreo, por su personalidad y por sus grandes reflejos. Además, los que le conocen afirman que ha luchado mucho y se ha esforzado sobremanera para llegar a lo más alto.

En un momento en el que en el fútbol destacan los porteros con un gran juego de pies como Neuer o ter Stegen y los metas que le dan sobriedad a la posición como Oblak o Courtois, el de Jeremías Ledesma ha sido un auténtico descubrimiento. No domina el juego de pies como los germanos y no aporta sobriedad como el esloveno y el belga. Sin embargo, el Cádiz está seguro en sus manos. Porque Conan es espectáculo y, como bien dice Miguel Quintana, el responsable de la reconciliación de los espectadores con esa estirpe de arqueros locos. Pero lo más importante sigue siendo lo mismo. Parar. Ledesma lo hace, de manera heterodoxa, pero lo hace.

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