Insistir, persistir, resistir y nunca desistir

Javier Siñeriz Casado
4 min readJun 22, 2020

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Ese podría ser el lema de Rui Silva, uno de los mejores porteros de lo que llevamos de temporada en LaLiga. El portugués se presentaba en agosto como el portero de un recién ascendido y sin experiencia en la máxima categoría del fútbol español. Pero a Rui Silva le dio igual. Él confiaba en sí mismo y mostraba una seguridad apabullante, precisamente esa seguridad es una de las principales características de su juego. Lo que está ocurriendo esta temporada es sabido por todos, pero, para comprender el presente, hay que conocer el pasado.

Rui Silva Dantas da Silva nació el 7 de febrero de 1994 en Águas Santas, un pequeño pueblo del distrito de Oporto. El actual portero del Granada siempre sintió la llamada del fútbol, pero en su infancia se decantó por el fútbol sala. En el 40x20 se desempeñaba en posiciones de ataque, porque, como la mayoría de niños, él soñaba con marcar goles. Sin embargo, fue con 12 años cuando abandonó tanto el fútbol sala como las posiciones de ataque. Rui Silva se pasaba al fútbol y a la portería, lugar que desde entonces no ha abandonado.

El portugués se formó en las categorías inferiores del FC Maia, donde casi todos los niños tienen el mismo sueño, llegar a lo más alto con el equipo más potente de la zona, el Porto. Pero a Rui Silva no le llegó esa oportunidad. La que sí le llegó fue la del CD Nacional en 2012. Solo había un problema, irse al Nacional suponía estar a más de 1000 kilómetros de casa. Aquello dio igual, el portero de 18 años tenía claro que quería triunfar en el fútbol y puso rumbo a Madeira. Rui Silva comenzó en el filial, pero solo duró ahí una temporada y pasó directamente al primer equipo. No obstante, ahí llegaron los problemas en dos temporadas tan solo jugó 10 partidos, su talento no se desarrollaba como debía.

Pese a esto, Rui Silva no desistió y en la temporada 2015/16 se hizo con la titularidad y jugó 22 partidos de liga. A partir de ahí la carrera del luso fue hacia arriba y se convirtió en indiscutible en la temporada siguiente, jugando 18 partidos entre agosto de 2016 y enero de 2017. Ese mes de enero fue el que cambió a Rui Silva, le llegó la oferta del Granada, entonces en Primera División y abandonó Madeira para llegar a la ciudad nazarí. Sin embargo, las cosas en Granada no empezaron nada bien. En esa media temporada en Primera no jugó ni un partido, y cuando pensaba que en Segunda podía llegar su momento se encontró con lo mismo, solo cuatro partidos en la temporada 2017/18.

Ahí surgieron las dudas, Rui Silva se preguntaba: “Si no juego en Segunda, ¿dónde lo voy a hacer?” Pero ahí llegó su momento. El Granada firmó a Diego Martínez con el objetivo de subir a Primera, y el gallego le confió la portería al luso. Rui Silva se sintió importante, y fue cuando todo explotó. Fue el portero menos goleado de Segunda División con 27 goles encajados en 40 partidos y fue absolutamente clave en el ascenso del Granada a Primera División. La confianza es lo que acaba por determinar el nivel de un futbolista. Rui Silva la tuvo el año pasado y demostró lo que vale.

Su llegada a Primera era una incógnita, porque poca gente conocía cómo era ese portugués de 26 años que defiende la portería del Granada. Rui Silva se encargó de demostrarlo. El luso está siendo uno de los mejores porteros de La Liga demostrando que está para un equipo que juegue en Europa año tras año. Es un portero muy completo y que maneja una gran cantidad de registros. Sin embargo, por lo que destaca es por la seguridad que le da al resto del equipo. Tiene mucha confianza en sí mismo y lo demuestra con su enorme capacidad para blocar y con una gran lectura para saber cuándo intervenir en los balones aéreos.

Además, sus cifras son bastante buenas. Ha jugado 29 partidos de liga en los que ha encajado 35 goles y ha realizado 83 paradas. En lo que a paradas se refiere también es necesario destacar el 72% de acierto en las intervenciones. Es decir, que para el 72% de los tiros que recibe. Esos buenos datos unidos a las increíbles sensaciones que está dejando han provocado que se interesen por él clubes de la talla del Real Betis, el Sevilla y los dos clubes más grandes de Portugal, el Porto y el Benfica. Sin embargo, Rui Silva parece que se quiere quedar en España. Su cláusula de 15 millones parece asequible para cualquier club con un potencial económico medio.

El siguiente paso lo podría haber dado ya si no hubiéramos sufrido la terrible pandemia del COVID-19. El nivel de Rui Silva era de selección, y no habría sido extraño verle en la lista de Fernando Santos para la Eurocopa. Si sigue con este nivel, la llamada de la selección portuguesa no tardará en llegar. Lo que ha hecho de Rui Silva el enorme portero que es hoy es la frase que da título a estas líneas. Él tenía muy claro su sueño y ha luchado por él hasta que lo ha conseguido. Todos deberíamos aprender de esa frase. Insistir, persistir, resistir y nunca desistir. Rui Silva ha demostrado que quien lo hace tiene premio.

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